lunes, julio 06, 2009

Fuimos

Fuimos indomables serenos y trágicos.
Reinos debajo de las hojas y a la sombra de las horas.
Y a tientas gritábamos
ese nombre oscuro y desperdigado
Que de nuestras manos se escurria
. . . y como una decapitación nos repetía su ausencia.
Fuimos insondables, negros posos sin rutina.
Cavilando el mejor de los momentos
(la mejor de las maneras)
De sacudirse ese peso funesto.
El hueso vil de nuestras almas fuimos
y nuestra cabeza vuelta tristeza y mojada de llanto
De saberse solo. . .
De saber que lo que se extraña no es la presencia
Ni el tímpano hambriento de voz.
Fuimos traicioneros, certeros de nuestro fracaso.
Arrollados y doblados como una espiga.
Que lenta se desgrana con el viento.
Y no pudimos volvernos sutiles.
Ni volver a mojar nuestros ojos de cielo.
Hay algo que cuelga de los márgenes de tus parpados.
Que me recuerda demasiado al mar
Mar de oceánicas olas aladas
Mar espeso de sal.
No quiero que llores (de triste cansancio rendida)
Mis brazos no han de soltarte jamás. . .


Eusebio

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